Las áreas rurales
europeas han sufrido un proceso de cambio socioeconómico desde la década de los
cincuenta hasta principios de los setenta. Es en esta década cuando se
desarrolla un cambio de paradigma en las políticas rurales, que evolucionan
desde un enfoque sectorial hacia otro más integrado y con una doble vertiente,
social y económica. Con la reforma de los Fondos Estructurales (1988), surge la
iniciativa comunitaria LEADER (Liaison Entre Action de Développement de
l'Économie Rurale). Dentro de esta política se incluye el concepto de capital
social y a su vez el término de redes sociales, y la relevancia de la
perspectiva de género ha sido creciente desde su puesta en marcha hasta la
actualidad, pero se desconocía si este proceso ha sido suficiente para
conseguir una integración equitativa entre hombres y mujeres en la
participación de este programa y en los procesos de desarrollo. Entre las
conclusiones de este trabajo se destaca la falta de una mayor integración de
las mujeres en estos procesos. En las áreas españolas no se ha conseguido
vincular a un importante número de mujeres, mientras que, en el caso del área
británica, la integración de las mujeres es más paritaria. Por tanto, en ambos
casos todavía queda un largo camino por recorrer en materia de igualdad y
equidad entre ambos sexos.