Profesional / académico
Es tiempo de pensar verde. La emergencia climática, que durante décadas algunos vieron como una amenaza fantasmagórica, ha llegado y nos exige respuestas en diversos planos, desde la regulación estatal hasta los hábitos de consumo doméstico. William D. Nordhaus, ganador del premio Nobel de Economía en 2018 por sus estudios sobre crecimiento y sostenibilidad, está seguro de que todavía es posible amortiguar los efectos de la actividad económica en el medioambiente y encontrar nuevos equilibrios entre la productividad, el avance tecnológico y el respeto a la naturaleza. Pensar verde alienta un movimiento social que refleja un nuevo enfoque de las acciones individuales y empresariales, las actividades políticas y las leyes: forma parte de una tradición que se remonta a los primeros conservacionistas estadounidenses y llega hasta el ambicioso New Deal verde. Ofrece un análisis a fondo de los desafíos de la economía ante el calentamiento global y plantea estrategias y mecanismos para reimaginar la actividad económica, como los impuestos medioambientales, la regulación y la eficiencia corporativa, el estímulo a tecnologías de baja emisión de dióxido de carbono o las inversiones financieras éticamente comprometidas con la ecología. Nordhaus presenta las herramientas necesarias para enfrentar las externalidades que están poniendo en entredicho la supervivencia de nuestro planeta y nos ofrece una actitud, a la vez realista y esperanzada, para abordar las colisiones y los contagios que caracterizan al mundo contemporáneo.
Nacido en 1941, fue pionero de la economía medioambiental cuando, hace más de medio siglo, estudió la relación de las emisiones de carbono, el calentamiento global y la economía. Hoy es uno de los expertos más renombrados en el campo del estudio y la construcción de modelos de crecimiento sustentable; sus ideas han sido retomadas por diversos organismos internacionales como la onu en el esfuerzo por frenar el cambio climático. Actualmente ocupa la Cátedra Sterling de Economía en la Universidad de Yale y se especializa en áreas como recursos naturales, macroeconomía, innovación tecnológica, productividad y crecimiento. En 2018 recibió el premio Nobel de Economía, junto a Paul M. Romer por su “integración del cambio climático a los análisis macroeconómicos de larga duración”. Es autor de The Economics of Climate Change, El casino del clima y Economía con aplicaciones a Latinoamérica, en coautoría con Paul A. Samuelson.