Concebidas como
paradigmas de la sostenibilidad, las áreas protegidas tienen como objetivo
prioritario la conservación de la biodiversidad. Pero son diversos y variados
los procesos que amenazan a estos espacios naturales: su fragmentación por la
expansión de las zonas urbanas y la construcción de infraestructuras viarias,
su aislamiento, el cambio climático, los incendios forestales, el incremento
del uso público, la sobreexplotación de acuíferos, el deterioro de la calidad
del agua o el agotamiento de los recursos pesqueros. Con el tiempo, la
consideración ambiental de dichas áreas se ha ido ampliando hasta incorporar
nuevas funciones de tipo social -vinculadas a la mejora de la calidad de vida,
de la educación y la salud de las poblaciones locales-, económico -centradas en
la creación y mantenimiento de empleo y el incremento de la renta per cápita- e
institucional -con las que se pretende alcanzar una gobernanza participativa y
representativa-. Junto con la dimensión ambiental, esta obra aporta un enfoque
socioeconómico, original y complementario, con el que se propone evaluar globalmente
la sostenibilidad de estos espacios y su diversidad, así como los efectos que
ha tenido la declaración de áreas protegidas en España. De este modo, ofrece
una sólida base para reforzar la colaboración entre investigadores y
planificadores territoriales, gestores de áreas protegidas y decisores públicos
para orientar una gestión territorial sostenible.